El pasado domingo, un grupo de intrépidos aventureros se embarcaron en una nueva travesía dentro de las actividades de formación complementaria del ITSQMET. En esta ocasión, su destino fue la impresionante excursión a la Laguna de la Mica, situada a 3,920 metros sobre el nivel del mar, en el corazón del Parque Nacional Antisana, en la provincia de Pichincha. A lo largo de esta jornada, los excursionistas recorrieron el emblemático Mica Loma, un mirador natural que ofrece una vista panorámica de la laguna, rodeada por un paisaje que invita al descanso, la aventura y la convivencia. Un lugar ideal para desconectar y vivir una experiencia única en la que se combinan el desafío físico y la conexión con la naturaleza.
La emocionante excursión que cambió la perspectiva de los estudiantes
La aventura comenzó temprano, a las 6:50 de la mañana, cuando el transporte partió desde nuestra sede en Chillogallo, pasando por el campus matriz en Tola Baja para reunir a todos los participantes. El equipo, compuesto por 15 personas, se unió a otros tres excursionistas que llegaron por su cuenta, provenientes de diferentes edades, géneros y provincias, pero con una sola misión: explorar juntos los encantos de este lugar.
A medida que avanzábamos por la carretera que lleva al Valle de los Chillos, el clima acompañaba con un sol brillante que despejaba el horizonte. Al llegar a Pintag, tuvimos la oportunidad de conocer un poco más sobre esta pintoresca parroquia, donde el aire fresco de la montaña comenzaba a hacer sentir su presencia. A medida que nos acercábamos al control de los guardaparques, el frío se intensificaba, pero la emoción de lo que nos esperaba en el parque mantenía el ánimo en alto.
Encuentros Sorprendentes en la Excursión a la Laguna de la Mica
A lo largo del camino, no faltaron las sorpresas. Justo antes de llegar al centro de visitantes, nos encontramos con una majestuosa manada de venados. Ellos nos observaban con el mismo asombro con el que nosotros los mirábamos a ellos. Fue un momento perfecto para capturar en nuestras cámaras la belleza de la fauna local.
En el centro de visitantes, los guardaparques nos recibieron amablemente. Nos brindaron una enriquecedora explicación sobre la importancia de la conservación del agua, la flora y fauna del parque. También nos hablaron del delicado equilibrio que mantiene este ecosistema.
Con la lluvia intermitente acompañándonos, seguimos nuestra ruta hacia Mica Loma. La caminata, que duró poco más de una hora y media, se convirtió en una verdadera prueba de resistencia. Los terrenos eran resbaladizos, pero cada paso valió la pena. Al llegar a la cima, admiramos la majestuosa Laguna de la Mica en todo su esplendor, rodeada de un paisaje fascinante.
Conclusión
Tras disfrutar de las vistas y tomar algunas fotografías, descendimos rápidamente para rodear la laguna. En algunos tramos, acortamos el camino a través de un denso pajonal. Esto hizo que la ruta fuera aún más divertida y desafiante.
Ya en el centro de visitantes, nos secamos lo mejor que pudimos antes de regresar al transporte. En el camino de vuelta, paramos en Pintag para disfrutar de un merecido almuerzo. Algunos aprovecharon para comprar ropa seca en los puestos locales. Los vendedores, siempre amigables, ofrecían su ayuda a los aventureros mojados que regresaban de la montaña.
Fue una jornada realmente especial y disfrutada al máximo. El clima cambió constantemente, pero la energía del grupo nunca flaqueó. Con sonrisas en el rostro y la gratificante sensación de haber vivido una experiencia única, regresamos a nuestros hogares con historias que contar. Además, todos deseamos que la próxima aventura no tarde en llegar.