En el Instituto Tecnológico Universitario Quito Metropolitano (ITSQMET), se llevó a cabo una jornada pedagógica enfocada en fortalecer las habilidades matemáticas de los niños. La actividad, dirigida a estudiantes, docentes y familias, se desarrolló en entornos escolares que priorizan la educación activa desde los primeros años. El propósito principal fue promover el desarrollo del pensamiento lógico, la resolución de problemas y la capacidad de análisis, a través de dinámicas y estrategias didácticas que demuestran que las matemáticas no solo son clave para el éxito académico, sino también esenciales para la vida cotidiana.
Habilidades matemáticas que preparan para el futuro
Las habilidades matemáticas juegan un papel fundamental en la formación intelectual infantil, ya que fomentan el pensamiento racional, organizado y crítico. Además, permiten a los niños fortalecer valores como la perseverancia, la precisión y la seguridad en sus decisiones. Gracias a ello, desarrollan confianza en los métodos que utilizan y en los resultados que obtienen. Como consecuencia, adoptan una actitud positiva y reflexiva para enfrentar desafíos diarios y resolver problemas con autonomía.
Desde temprana edad, el adquirir habilidades matemáticas ofrece a los niños herramientas valiosas para su educación y su vida. Entre estas se encuentran el razonamiento lógico, la capacidad de análisis, la resolución de problemas y la comprensión estructurada de su entorno. No solo eso: estas competencias sientan las bases para destacar en disciplinas como la física, la ingeniería, la informática o la economía, áreas esenciales para el desarrollo de la sociedad y el progreso tecnológico.
Formar estructuras matemáticas desde el hogar y la escuela
Las habilidades matemáticas no se limitan al aula. Son esenciales para interpretar la realidad, desarrollar procesos de abstracción y comunicarse de manera precisa. Por esta razón, es vital que en la primera infancia se introduzcan conceptos matemáticos elementales mediante juegos, actividades lúdicas y experiencias significativas que estimulen las primeras ideas lógicas.
Por ello, tanto el entorno preescolar como el familiar deben fomentar las primeras habilidades matemáticas, como la clasificación, la seriación y la enumeración. Con el tiempo, estas estructuras se consolidan en una comprensión profunda del concepto de número. Impartir matemáticas en la educación primaria no debe verse como una obligación curricular, sino como una oportunidad para formar personas capaces de pensar, analizar, reflexionar y actuar de manera crítica en su entorno.
Como futuros docentes, ellos tienen la responsabilidad de transformar la manera en que los niños experimentan las matemáticas: pasar de la rigidez a la comprensión, del miedo a la curiosidad y del rechazo a una verdadera pasión por descubrir.
